lunes, 24 de mayo de 2010

La elegancia del erizo, de Muriel Barbery (Seix Barral)



Un libro en un escaparate, una portada bonita, un título curioso, fueron las razones que me llevaron a escoger La elegancia del erizo. Resulta fascinante abrir un libro con la misma emoción de haber descubierto un pequeño tesoro, sostenerlo entre las manos y percibir el olor de sus páginas. La elegancia del erizo me sedujo desde las primeras palabras. Ese estilo delicioso de la autora, hace que el libro sea un buen acompañante, dándole un toque de gracia, a la rutina diaria.

Los personajes principales desprenden ternura, y a la vez, nos hacen participes de sus emociones como si fueran nuestras. El bello personaje de la portera Renée, una mujer inteligente, llena de preciosos sentimientos e ideas, se esconde en una apariencia de portera normal, sin motivaciones ni intereses en la vida, es decir, lo que se espera de ella. Es una mujer culta que disfruta de sus libros y de las conversaciones con su amiga.

Y que decir de la pequeña Paloma, esa estudiante que guarda tantos secretos en su interior. Ese diario del movimiento del mundo con trasfondo psicológico, con esas ideas aplastantes sobre la realidad. Un personaje que parece fuerte, maduro para su temprana edad, pero con el paso de los capítulos se va descubriendo a la verdadera Paloma, la que se esconde detrás de ese caparazón de intelectualidad, esa niña sencilla, que necesita ser protegida, y que ve lo bonito de la existencia en las pequeñas e insignificantes cosas. No me olvido de señor Ozu. Ese vecino que aparece en la vida de ambas, revolviéndolo todo y que hace que por fin las almas gemelas se descubran, aunque fuera por poco tiempo.
 
Muriel hace una crítica mordaz de la sociedad burguesa, de lo complicado de las relaciones sociales, un mundo lleno de apariencias, falsas intenciones, y lo hace desde un portal, el número 7 de la calle Grenelle, donde se concentran los estereotipos de la vida actual.

Sin embargo el lector descubre a estos dos personajes, tan puros, con esas divagaciones sobre la vida o la muerte, la importancia de vivir o aparentar que vivimos. Es una obra que invita a pensar, a reflexionar sobre el verdadero sentido de la vida.


Jéssica López Martín.
22 años. Zamora.